Una de las tradiciones más celebradas y duraderas en el universo de las músicas populares es la de los discos navideños. Existe prácticamente desde que el formato álbum empezó a desarrollarse hace casi un siglo y ha legado una amplia serie de obras emblemáticas protagonizadas por músicos esenciales. Bing Crosby, Elvis Presley, Frank Sinatra, Nat King Cole, The Beach Boys, The Supremes, James Brown, Barbra Streisand, Johnny Cash, Céline Dion o Dolly Parton han grabado trabajos para el ciclo navideño que ya tienen rango de clásico.
Hacía tiempo que David Bisbal anhelaba sumarse a ese plantel artístico de relumbrón y ahora cumple ese sueño con “Todo es posible en Navidad”, álbum que suma nuevas perspectivas a su carácter de intérprete polifacético y aventurado. Siempre dispuesto a asumir desafíos, Bisbal ha cuidado hasta el último detalle del proceso creativo, cuajando una obra cercana, accesible e inequívocamente transversal.
Da gusto escuchar a David a lo largo de estas diez canciones. Por la alegría que transmite en la mayoría de ellas, pero también por la delicadeza con que aborda las pistas de naturaleza más íntima y melancólica. Y se nota que no ha querido hacer un trabajo formulario o convencional. “Todo es posible en Navidad» sobresale más allá de los márgenes del género gracias a su amplitud instrumental –atentos al rutilante acompañamiento de la Budapest Art Orchestra– y a su variedad estilística: es un disco de apenas media hora en el que pasan un montón de cosas.